En el último siglo Europa ha evolucionado hacia una economía y sociedad basadas en el conocimiento y donde los individuos deben mejorar sus capacidades para ser más competitivos. Por otro lado, el mundo social y político se ha vuelto complejo existiendo una predisposición de los ciudadanos a participar activamente en la sociedad y a aprender a vivir con la diversidad cultural, étnica y lingüística.
Según expresa Sarrate Capdevilla en su artículo La Educación De Personas Adultas, Ámbito Prioritario, uno de los signos más característicos de la sociedad actual son las crecientes desigualdades entre los países industrializados y los que se encuentran en vías de desarrollo por lo que desde el siglo XXI la principal tendencia de la educación de adultos ,y para disminuir esas desigualdades, es el reconocimiento del derecho a la educación en cualquier etapa de la vida, no quedando ese derecho revocado sólo al ámbito educativo sino también personal y profesional, para fomentar el crecimiento continuo de la persona, de esta manera se permite a las personas adquirir conocimientos del mundo, de los demás y de sí mismo.
Estas tendencias se asientan en cuatro pilares básicos:
1. Manifiesta desigualdad respecto a los ingresos y riquezas.
2. Pronunciada disparidad rural urbana.
3. Desigualdades de género.
4. Disparidades étnicas y raciales.
En relación a esta tendencia principal y debido a que se considera a la educación como herramienta fundamental para la empleabilidad, el desarrollo personal, y la ciudadanía, en el Memorándum Sobre El Aprendizaje Permanente se desarrollaron 6 puntos orientadores para la conseguir efectivamente ese derecho:
1. Adquisición de nuevas capacidad para la participación sostenida en la sociedad del conocimiento: ciudadanía y empleabilidad.
2. Más inversión en recursos humanos, para dar prioridad a los ciudadanos.
3. Innovación en la enseñanza y el aprendizaje: se da un giro hacia sistemas didácticos centrado en el usuario con fronteras permeables entre sectores y niveles.
4. Valorar el aprendizaje no formal e informal: en la sociedad actual es necesario mantener la competitividad por lo que son importantes los títulos, certificados y las calificaciones.
5. Redefinir la orientación y el asesoramiento para lograr un acceso fácil a la información.
6. Acercar el aprendizaje al hogar: se trata de proporcionar oportunidades de aprendizaje permanente a través de las nuevas tecnologías de la información o en las propias comunidades, tan cercanas a los interesados como sea posible.
Por todo es preciso que la educación de las personas adultas sea concebida desde tres puntos de vista:
1. Desde la formación para el empleo.
2. Desde la formación para la ciudadanía.
3. Desde la formación para el desarrollo personal.
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